Un año esperando y la navidad ya está aquí, pero si fue ayer cuando abríamos regalos bajo el árbol. Uno por cada rey mago y en cada rey mago tu sonrisa, esa que es mágica y cuando la muestras se cuela por las fibras de mi piel,acelerando mi sangre y haciendo que mis dedos se líen y la baba se me caiga.¡Melchor, Gaspar y Baltasar! Nunca supe quien es quien y también me quedaré con las ganas de saber quien fuiste tú o quien es él, aunque esto último espero que no.
Prometo aprender a diferenciar reyes magos, si estos, este año me traen lo que tanto quiero. El trato tiene pinta de ser imposible pero yo aun quiero creer en eso de cerrar los ojos y pensar que, si me porto bien y soy buena, el día de reyes, en vez de bajo el árbol, en mi móvil aparecerán unas letras diciéndome quien eres, porque yo, ya abro regalos sola y ahora quiero abrirlos contigo.
Queridos Reyes Magos, este año quizás no he sido todo lo buena que tendría que haber sido, pero tampoco me he portado mal, aunque prometo hacerlo mejor el año que llega. Aun así, me gustaría pediros, si puede ser, que este año me dejéis algunas de sus sonrisas, un par de botes de su olor, dos o tres camisetas con el tacto de su piel y aunque sé que es difícil me gustaría un gloss de labios con su sabor.
El árbol ya está puesto.
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