noviembre dulce

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bajo el nórdico no llueve,ven...

jueves, 28 de febrero de 2013

Hoy o quizás ayer.

Alguien me dijo una vez que lo que "dios " no quiere que me pase es porque no es bueno para mi. 
Hoy es de esos días que miro algunas de esas cosas y con resignación pienso que tal vez no lo son o que quizás yo tampoco las merezca.
Me alegra darme cuenta que siempre voy de cara y que si existe algo que me gusta lo digo sin tapujo alguno. 
Me gusta saber que hay cosas que nunca me sucederán, pero me gusta saberlo porque sé que no será porque no lo he intentado. 
Me gusta el sabor de la derrota cuando sé que hice lo que estaba en mis manos, porque si bien es cierto que no me merezco muchas de las cosas malas que me pasan, la verdad es que tampoco merezco la mayoría de las buenas.
Hoy o quizás fue ayer, me di cuenta en la verdad que encerraban esas palabras que en su día me dijeron, me di cuenta que eso que tanto deseé no hubiera sido bueno para mi. 
Resulta que la primera impresión no es la que cuenta y si los hechos y las acciones. 
Pasa que no es importante lo que ves o quizás si, ya que a veces solo vemos lo que queremos ver. 
Si hay una frase que me encanta es esa que dice: "quien escupe hacia arriba en la cara le cae".
Pasó tiempo antes de que la entendiera y el resultado es que, hoy o quizás ayer, entendí que hay cosas que aunque quieras nunca pasarán y a veces, solo a veces, se lo debemos al silencio, a las cosas que no saben decirse y las que con demasiada frecuencia tienden a ocultarse. 
Y me da igual si  es porque duran unos segundos, si están cortadas o si hay interferencias.