Yo voto por chocarnos en la puerta de Zara, el viernes por la tarde, pidámonos disculpas e intetemos arreglarlo con las cuatro frases típicas. Cógeme de la mano y arrástrame con tu sonrisa hasta hacerme entrar en tu cama y no me dejes salir nunca más de tu vida.
Deja de fingir, se nota en tus ojos que encierran soledad y no me obligues a esperarte, por muy enamorada que esté no voy a estar siempre, porque puedo pero no quiero.
Amo tu cuerpo y odio el ayer. Quiero que me mires con el corazón y no con el bolsillo, porque yo sé lo que ven tus ojos, pero tú no sabes lo que han llorado los mios.
Me quieres lejos porque cerca te sería imposible resistirte, porque aunque te fuiste mil veces volviste otras tantas y aunque finjamos que es imposible una amistad, yo si que soy capaz. Porque quien tiene un amigo tiene un tesoro y quien tiene un amor lo tiene todo.
Me gustaría saber que tienes ahora, pero todo lo que tengas que decirme, me lo dirás en otra vida porque aquí no acaba lo nuestro y quizás cuando seamos pájaros puedas volar conmigo.
En fin, vuelve a intentarlo y por mi no te preocupes, es el ansia que me quema.
Esta es la segunda vez que lo digo y lo hago porque no quiero que olvides, que podrás estar con quien quieras pero nadie estará contigo. En tu defensa diré, que también sé, que no soy yo lo que tú quieres.
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