Besos en la espalda te traen los buenos días, hace rato que una tórtola me despertó y decidí pegarme bien a ti, y aunque es domingo y no tenemos que madrugar, desespero esperando que te despiertes para ver tus ojos, mirándome entre una linea tan fina que a veces no sé si están cerrados o abiertos. Están hinchados por una noche dormida solo a ratos, yo por si acaso sigo dándote besos por toda la espalda, pelo y alli donde me dejas o llego. De un momento a otro llegará el sonido de tu voz, flojito,entre desgarros de tu garganta que gimen pidiendo, hoy por ser domingo, churros con chocolate.
Y te miro, así en la cama, a lo largo con tu chiquitilla y mil palillos chinos repican en mi estómago como una banda en un paso de semana santa, anunciando que algo grande está pasando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario